Alcalá la Real
“Llave, guarda y defendimiento del reino de Castilla” según reza en su título, Alcalá la Real está situada en la Sierra Sur de Jaén, en la confluencia con las provincias de Córdoba y Granada y en el centro de una comarca montañosa cubierta de campos de olivares.
A los pies de la imponente Fortaleza de la Mota y de sus murallas circundantes (Monumento Nacional desde 1931) se extiende la ciudad de Alcalá la Real (declarada Conjunto Histórico-Artístico en 1967), con su estructura urbana de origen árabe, sus calles empinadas abigarradas de casas, repleta de sorpresas, casas señoriales, iglesias y detalles arquitectónicos. La Iglesia de Consolación, la de Santo Domingo, la Iglesia de Nuestra Señora de las Angustias, la Iglesia de San Juan Bautista, el Palacio Abacial, el Ayuntamiento y la Fuente del Pilar de los Álamos son muestras de su esplendor y de su rico pasado histórico. Desde el mirador del barrio de Las Cruces, el visitante puede disfrutar de una magnífica vista panorámica de Alcalá la Real y su antigua ciudad fortificada.
Si desea conocer mejor nuestra ciudad, por favor, visite la web de información turística de Alcalá la Real.
FORTALEZA DE LA MOTA
La fortaleza de la Mota se alza majestuosa sobre la cumbre del Cerro de la Mota, de 1033 metros de altitud, dominando el territorio circundante. La fortaleza está distribuida, como era usual en las ciudades-fortaleza andalusíes, en tres recintos claramente definidos.
El recinto exterior, formado por las defensas de la medina, cerrado por una amplia cerca que incluía varios arrabales, entre ellos el llamado "Arrabal Viejo", mejor conservado. Su trazado original, corresponde a los siglos XI y XII y, actualmente, quedan en pie muy escasos restos de muralla. Esta muralla estuvo inicialmente construida con tapial y argamasa, aunque parece ser que fue remodelada en los siglos XIII y XIV, revistiéndola de muros de mampostería.
La alcazaba, o recinto interior, que ocupa la totalidad de la meseta situada en la cumbre del cerro de la Mota, y que fue el solar de la ciudad original, rodeada de una muralla. En su momento, disponía de varias puertas que daban acceso al recinto interior. El acceso principal sube por la llamada "Cuesta de la Mota" y se realizaba a través de siete puertas, de las cuales, en la actualidad, solo quedan tres en pie. Primeramente nos encontramos con la puerta "de Las Lanzas", protegida por una torre albarrana. Seguidamente la monumental "Puerta de la Imagen", con doble arcada mixta de medio punto (el primero de ellos) y de herradura (el segundo). Es muy similar a la Puerta de la Justicia de la Alhambra. Finalmente debe aún cruzarse la "Puerta del Peso de la Harina", que es la que comunica la alcazaba con la plaza alta, y donde se procedía al pago de aranceles de entrada a la ciudad.
Finalmente, el alcázar, último recinto defensivo, se sitúa en la parte más elevada de la alcazaba, de forma triangular o trapezoidal, con su impresionante Torre del Homenaje, y otras dos torres menores, la Torre de la Campana y la Torre Mocha. El acceso al patio interior o Patio de Armas se realiza a través de una puerta en recodo situada bajo la Torre del Homenaje.
La Fortaleza de la Mota fue declarada Bien de Interés Cultural en 1993.
IGLESIA MAYOR ABACIAL
Situada en el interior de la Fortaleza de la Mota, este espacio fue ocupado, posiblemente, por una antigua mezquita aljama, que posteriormente, pasó a ser templo gótico. Finalmente, y debido a sus reducidas dimensiones, fue derribado para construir una nueva iglesia de mayor tamaño.
El edificio actual se construyó entre 1517 y 1627 en tres fases claramente distinguibles. Martín de Bolívar realiza las primeras transformaciones del primitivo templo de estilo gótico para adaptarlo al estilo renacentista, recubriendo las bóvedas estrelladas con decoración plateresca y donde las capillas funerarias se conciben como monumentales portadas platerescas, al igual que los arcos de acceso al baptisterio. Destaca la capilla bautismal, con doble portada renacentista y bóveda de casetones. La torre del campanario consta de cuatro cuerpos y está rematada por un chapitel piramidal.
La Iglesia Mayor Abacial fue el templo principal de la abadía de Alcalá la Real, que tuvo el privilegio de Patronato Real hasta 1851.
CENTRO DE INTERPRETACIÓN DE LA VIDA EN LA FRONTERA
El Centro de Interpretación de la Vida en la Frontera está ubicado en la Torre del Homenaje de la Fortaleza de la Mota. La visita a este lugar permite conocer el concepto de frontera y el modo de vida característico de los que la habitaron.
Desde tiempos prehistóricos, esta acrópolis se ha configurado como elemento estratégico y de control del territorio. El lugar era un enclave de importancia estratégica comercial y militar en las cordilleras Subbéticas, un paso de montaña que ponía en contacto los valles del Genil y Guadalquivir.
Como fortaleza defensiva, marcó durante mucho tiempo (más de 150 años) la frontera entre los reinos nazarí de Granada y cristiano de Castilla. En su interior, se vivieron sucesos y leyendas muy variadas, lo que convierte a la Mota en algo más que una simple fortificación fronteriza siendo en la Edad Media cuando vive su periodo de mayor esplendor y protagonismo. Alcalá gana su distintivo de "la Real" tras su conquista definitiva cristiana por el rey Alfonso XI en 1341.
El sistema de murallas, torres y puertas, los aljibes, sus calles, bodegas y molinos, junto a la imponente Iglesia Mayor Abacial, el antiguo Ayuntamiento y la alcazaba militar, sirven de guía para este viaje en el tiempo, y se muestran como espacios únicos y singulares donde desarrollar y mostrar la vida y costumbres de la época medieval.
Por todo ello, Alcalá la Real ilustra de modo claro la vida en la frontera, no sólo por el peligro que ello implicaba, del que hablan sus murallas, sino por la importancia de las relaciones que entabló con la nueva sociedad que se establecía en su territorio, entre el mundo islámico y el cristiano.
MUSEO DE PALACIO ABACIAL
Este nuevo museo ha sido creado con la intención de acoger para su exposición, conservación y difusión, fondos de tipo arqueológico, etnológico, antropológico, paleontológico y científico. Todo este patrimonio se organiza en diferentes espacios expositivos utilizando las nuevas tecnologías. La visita al museo permite conocer de forma innovadora el patrimonio y los vestigios del pasado y de la rica historia de Alcalá la Real y su comarca.
El Mundo Íbero, el Tesoro de Ermita Nueva, Roma, la Prehistoria... son algunas de las salas con las que cuenta este museo, ofreciendo al visitante una visión global para conocer las singularidades y atractivos de la ciudad y de su entorno.
Al mismo tiempo, el Museo pretende convertirse en foro, punto de encuentro y escaparate donde se integren las diferentes propuestas museísticas más avanzadas de cada momento y donde tendrán cabida diferentes exposiciones y actividades, de carácter itinerante e interactivo, que vengan a contribuir a la difusión del patrimonio artístico y cultural de Alcalá la Real.